Hace años, en las cocinas de nuestro país se aprovechaba todas «las sobras» para hacer nuevos guisos, casi nada se botaba al cubo de la basura. Nuestras abuelas echaban el pan duro a la sopa, con las sobras del cocido preparaban ‘ropa vieja’, hacían croquetas con los restos de pollo e incluso el aceite de freír patatas o pescado lo utilizaban para fabricar jabón.
A la hora de reciclar aceite usado, los tiempos han cambiado y ahora la tecnología permite darle usos más sofisticados y transformalos en productos tan diversos como fertilizantes, plásticos biodegradables y combustibles renovables. El potencial de la recuperación del aceite usado es muy grande y convertimos un residuo que es contaminante y difícil de tratar, en productos sostenibles con utilidad y valor.
Demasiado aceite que reciclar
El aceite es un ingrediente básico en la dieta mediterránea, como lo demuestran los casi 12 litros por persona que se consumieron en los hogares españoles en 2021, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Si anexamos al consumo doméstico su uso industrial y en restauración, en España se generan al año unos 350 millones de litros de aceite de cocina usado. Hay, por tanto, mucho aceite que reciclar.
Según los cálculos de Geregras, entidad que agrupa a 19 empresas de recogida y tratamiento de estos aceites, el reciclado del aceite de cocina usado alcanza el 72% en el sector HORECA (HOteles, REstaurantes y CAfeterias), pero en los hogares estos números se queda en un modesto 5%. Una tasa de recuperación que posiciona a España aún lejos de países como Bélgica, que cuenta con un sistema de recogida para todo el territorio nacional que recolecta más del 60% del aceite doméstico.
Consumo y reciclado de aceite usado en España
- 12 litros por persona de consumo medio de aceite en los hogares españoles.
- 350 millones de litros de aceite de cocina usado al año en España.
- 72% de aceite de cocina recuperado en el sector HORECA.
- 5% de aceite de cocina recuperado en los hogares españoles.
Para acercarnos a la media europea, la reciente Ley de residuos y suelos contaminados establece que los ayuntamientos deberán disponer de un sistema de recogida separada del aceite en 2025. Mientras tanto, diversas entidades públicas y privadas están lanzando iniciativas de concienciación para reciclar aceite de cocina usado, como la que ha puesto en marcha la Comunidad de Madrid, que entrega botellas de aceite de oliva virgen producido en la región a quienes lleven su aceite de fritura a los puntos limpios.
Cómo reciclar el aceite de cocina usado
- Acumula: puedes ir guardando el aceite usado en una botella de plástico hasta que esté llena.
- Deposita: una vez que la botella esté llena puedes depositarla en puntos de reciclado fijos o móviles de tu municipio o en los contenedores colocados al efecto en la vía pública, centros comerciales, etc.
Un residuo que conserva su valor
El aceite es un residuo del que no es fácil hacer acumulación en los domicilios. Es un trabajo meticuloso porque hasta el aceite de las latas de conserva es reciclable. Lo sencillo es tirarlo por el fregadero, pero eso implica un coste medioambiental y económico, además de una pérdida de aprovechamiento de un residuo que tiene una cadena de valor positiva«.
Una vez recogido de contenedores y locales de restauración, el gestor lo traslada a su planta de tratamiento para su limpieza. El aceite de cocina usado es un residuo no peligroso, pero contiene agua e impurezas sólidas, como la harina de freír, la sal o restos de comida y es sometido «a una decantación aplicándole calor. El aceite pesa menos que el agua, con lo que las sustancias sólidas y el agua se sedimentan en la parte de abajo de los decantadores», explican los expertos. Ya filtrado, el aceite se transporta en camiones cisterna a las industrias que van a reciclarlo.
A partir del aceite usado se pueden fabricar combustibles renovables, fertilizantes y bioplásticos.
El aceite de oliva es un tesoro gastronómico y una fuente de riqueza en España, que produce el 70% de este líquido en la UE y es su primer exportador mundial. Pero su valor no desaparece una vez usado en las cocinas porque aún se puede utilizar para fabricar múltiples productos.
El aceite usado es un residuo al que hay que darle una salida y una oportunidad excelente es utilizarlo como materia prima para fabricar biocombustibles. Con su aprovechamiento podemos generar este tipo de combustible renovable que es más sostenible y puede utilizarse en los motores actuales de coches, camiones, aviones o barcos.
La creación de estos combustibles renovables supone un paso adelante, porque la eficiencia del proceso de producción es muy alta. Por cada 100 litros de aceite reciclado se obtienen 80 litros de biocombustible. Pero además, del 20% restante, un 5-10% se puede transformar en biopropano, un biogás equivalente al GLP que utilizamos en las bombonas de calefacción.
El aceite usado puede tener una segunda oportunidad, transformandolo en bioplásticos biodegradables, sobre todo PHA, un tipo de plástico con numerosas aplicaciones. Estos bioplásticos que se están desarrollando valdrán para cualquier uso que le damos a los plásticos normales, y como alternativa, por ejemplo, a los plásticos compostables, que se fabrican con almidón de patata o de maíz. Con ello, estaremos utilizando como materia prima un residuo y no un producto alimentario.
En la industria química, otro campo con grandes posibilidades es la reutilización de aceite de fritura usado para obtener surfactantes, que son la base de muchos productos que utilizamos en nuestra vida cotidiana, como detergentes, cremas cosméticas o pinturas.
El reciclado del aceite que usamos en nuestros hogares no es solo una medida beneficiosa para el medioambiente, es también un hábito que contribuirá a un cambio social más amplio, que será clave para conseguir un planeta más sostenible, estamos transitando hacia una economía circular en la que, reaprovechando estos residuos, ya se generan soluciones y productos de valor para la sociedad.