El Parlamento Europeo adoptó la semana pasada su posición sobre el nuevo proyecto de reformas de la UE para aumentar el uso de combustibles alternativos en la aviación, con el fin de reducir las emisiones de esta industria y conseguir que Europa se convierta en una zona climáticamente neutra para 2050.
Los eurodiputados aumentaron la propuesta original de la Comisión sobre la proporción mínima de un combustible de aviación sostenible que debe estar disponible en los aeropuertos de la UE. A partir de 2025, esta cuota debería ser del 2%, aumentando al 37% en 2040 y al 85% en 2050, teniendo en cuenta además el potencial de la electricidad y el hidrógeno en la mezcla global de combustibles (la Comisión propuso un 32% para 2040 y un 63% para 2050).
Nuevo fondo y etiquetado ESG:
El Parlamento Europeo propuso la creación de un Fondo de Aviación Sostenible de 2023 a 2050 para acelerar la descarbonización del sector de la aviación y apoyar la inversión en combustibles alternativos, tecnologías innovadoras de propulsión de aeronaves e investigación de nuevos motores. El Fondo se complementaría con las sanciones generadas por la aplicación de estas normas.
Para seguir promoviendo la descarbonización e informar al público sobre una aviación más ecológica, los eurodiputados encargaron a la Comisión que desarrolle para 2024 un sistema de etiquetado de la UE sobre el rendimiento medioambiental de las aeronaves, los operadores y los vuelos comerciales.
El eurodiputado danés Søren Gade afirmó al respecto que «la aviación es uno de los sectores más difíciles de descarbonizar. Hoy hemos demostrado cómo hacerlo y hemos enviado una señal fuerte y ambiciosa a los ciudadanos de Europa. Les hemos escuchado cuando pidieron una acción climática, y estamos trabajando todo lo que podemos para conseguir una Europa verdaderamente verde».
La aviación civil representa el 13,4% de las emisiones totales de CO2 del transporte de la UE. La iniciativa ReFuelEU Aviation forma parte del paquete «Fit for 55 in 2030», la estrategia de la UE para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030 en comparación con los niveles de 1990, de acuerdo con la Ley Europea del Clima.